lunes, 7 de agosto de 2023

¿Es Sergio Massa un traidor? Responde una Inteligencia Artificial

 


Agosto de 2023. En pleno auge de las Inteligencias Artificiales, surgió un nuevo programa: "SocrátiChat", de la empresa "PlatonIA". Su novedad consistía en responder sólo con nuevas preguntas, esperando con ello que el humano consultante fuera descubriendo los conocimientos necesarios para responder por sí mismo la pregunta inicial.

Un grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas de una Universidad de Argentina, decidió experimentar con dicho chat, preguntando si el candidato a presidente Sergio Massa era un traidor. Este fue el resultado:


Estudiantes (E): ¿Puede considerarse como traidor a Sergio Massa, teniendo en cuenta su cambiante postura política?

SocrátiChat (S): ¿Qué significa democracia?

(E): Gobierno del pueblo

(S): ¿Y cómo concreta el pueblo tal gobierno?

(E): Adoptando sus decisiones colectivas a través de sus representantes.

(S): Entonces, ¿los representantes del pueblo tienen que hacer lo que pueblo quiere?

(E): Sí.

(S): ¿Si el pueblo quiere ir a la derecha, su representante tiene que llevarlos a la derecha?

(E): Claro.

(S): ¿Y si el pueblo quiere cambiar el rumbo e ir a la izquierda, su representante tiene que llevarlos a la izquierda? ¿O debe insistir con llevarlos a la derecha?

(E): Tiene que cambiar el rumbo e ir a la izquierda.

(S): Según lo dicho, ¿Quién sería mejor representante del pueblo: aquel que sabe escuchar al pueblo y cambiar el rumbo porque asume como propios los cambios populares; o aquel que insiste en imponer sus propias ideas a pesar de que el pueblo quiere mudar la dirección?

(E): Sin duda, el mejor representante popular sería aquel que sabe escuchar al pueblo y cambiar el rumbo.

(S): Si democracia significa que el pueblo gobierna a través de sus representantes, y el mejor representante es aquel que sabe escuchar al pueblo y cambiar el rumbo, ¿se puede considerar traidor al representante que cambia de parecer al mismo ritmo que cambia el parecer del pueblo?

(E): Creo que no.

(S): Acusar de traidor al representante que escucha al pueblo y cambia, ¿no sería acusar de traición al mismo pueblo?

(E): Puesto que el pueblo es quien decide el rumbo en una democracia, no existiría traición alguna, porque se mantendría la fidelidad del representante a dicho pueblo.

(S): El representante que escucha al pueblo y cambia el rumbo, ¿sería democrático o antidemocrático?

(E): Sin duda sería el más democrático de todos.

(S): Los representantes que no escuchan al pueblo e insisten en imponer sus ideas sin cambiar el rumbo según el clamor popular, ¿no serían en verdad dictadores disfrazados?

(E): Siguiendo la lógica expuesta, al menos lo parecerían.

(S): ¿Quién traiciona al pueblo entonces? ¿Sergio Massa, o cualquiera de los otros candidatos que persisten en imponer su parecer? ¿Quién es el más democrático?

(E): Sin duda, Massa sería el más democrático de todos..., pero... pero al pueblo no le gusta que alguien no mantenga sus principios proclamados; no le gusta que cambie de parecer constantemente; no le gusta que no se tenga seguridad del rumbo (bueno o malo) a seguir por tener su representante un espíritu variable…

(S): ¿No consiste la democracia, precisamente, en aceptar los cambios populares?

(E): Sí.

(S): Si la democracia se fundamenta en admitir los cambios populares, pero al pueblo no le gusta que el representante cambie con ellos ¿no será que lo que no le gusta al pueblo es la democracia?

***

Hasta aquí llegó la consulta, dado que, apenas el Chat formuló la última pregunta, surgió la ventana de alerta del antivirus de la PC, que impidió continuar con el experimento. El antivirus advirtió que las respuestas del chat no se correspondían con la política de Protección Imperial de la Democracia, y que por lo tanto debían (y así lo hicieron) activar el protocolo "Cicurity" para bloquear a SocrátiChat.


domingo, 21 de mayo de 2023

Como tener hijos santos

 



Tengo un blog de Letanías. En él subo distintas letanías, para acceder fácilmente desde el celular y rezarlas al finalizar el Rosario. Hace un tiempo, comencé a confeccionar letanías a santos para distintos estados de vida y profesiones, por ejemplo, militares, amas de casa, abogados (sí, también hay abogados santos). 

Se me ocurrió entonces, inicialmente, hacer letanías a santos casados, y luego, más específicamente, a Matrimonios Santos (o sea, matrimonios en los que ambos cónyuges fueran santos o beatos, o con un proceso de canonización iniciado y aprobado). 

Mientras buscaba, fui observando una constante. Todos los matrimonios santos… tenían hijos santos. Es lógico que árboles buenos den frutos buenos. Fue lindo comprobarlo. 

Eso me llevó a la reflexión siguiente: si quiero tener hijos santos (y está bien que lo desee y lo pida al Señor), tengo que empezar por ser santo yo (y mi esposa, pero ella está más cerca de lograrlo, así que la carga es para mí). 

Les dejo a continuación la totalidad de los matrimonios santos que encontré, y los datos de sus hijos si los tuvieron.

- San José y Santa María Virgen: padres de Jesús.

- San Joaquín y Santa Ana: padres de la Virgen María.

- San Zacarías y Santa Isabel: padres de San Juan Bautista.

- San Aquilino y Santa Priscila: mencionados en los Hechos de los Apóstoles (18:1-3), se ignora si tuvieron hijos.

- San Mario y Santa Marta: padres de San Audifax y San Ábaco.

- San Valeriano y Santa Cecilia: vírgenes.

- San Vital y Santa Valeria: padres de San Gervasio y San Protasio.

San Marcelo y Santa Nonia: padres de San Claudio, San Lupercio, San Victorico, San Facundo, San Primitivo, San Emeterio y San Celedonio. 

- Beato Luis de Turigia y Santa Isabel de Hungría: padres de la Beata Gertrudis de Altenberg.

- San Cirilo y Santa María: padres de San Sergio de Radonezh.

- San Gordiano y Santa Silvia: padres de San Gregorio Magno.

- San Gregorio el viejo y Santa Nonna: padres de San Gregorio de Nazancio, Santa Gorgona y San Cesáreo.

- San Vicente y Santa Valdetrudis: padres de San Landerico, San Dentellino, Santa Aldetrudis y Santa Madelberta.

- San Walberto y Santa Bertilia: padres de Santa Valdetrudis y Santa Aldegunda.

- San Elzeario de Sabrán y Beata Delfina de Provenza: vírgenes

- San Enrique II y Santa Cunegunda: no tuvieron hijos.

- San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza: su hijo, es venerado en una ciudad de Toledo (España) como San Illán, pero se desconocen datos de su biografía.

- San Aurelio y Santa Natalia: antes del martirio con otro matrimonio (mencionados a continuación), dejaron a sus hijas en un convento. Se ignora que pasó con ellas.

- San Felix y Santa Liliosa: no hay datos de que tuvieran hijos, pero por el relato de los hechos del matrimonio anterior, no parece que los tuvieran. 

- San Luis Martín y Santa Celia Guerín: padres de Santa Teresita del Niño Jesús. Cabe señalar que el resto de las hijas murieron en olor de santidad también.

- Beatos Manuel Rodrigues Moura y su esposa: mártires de Brasil, se desconocen más datos. 

- Beatos Luigi y Maria Beltrame Quattrochi: tuvieron cuatro hijos, pero se trata de un caso muy reciente como para conocer el resultado. 

- Siervos de Dios Settimio Manelli y Licia Gualandris: al igual que el anterior, tuvieron más de veinte hijos, pero se trata de un caso reciente.


No he encontrado otros matrimonios santos. Sobre los padres de San Bernardo, sé que estaría la causa abierta (la madre es Beata), pero no logro encontrar ninguna fuente sobre la situación del padre. Si alguien tiene algún dato, se agradece.

Les dejo el link de las letanías por si quieren rezarlas: AQUÍ.



domingo, 16 de abril de 2023

La Iglesia y la Patria (San Pío X)

 


¡Oh venerables hermanos e hijos amadísimos que, en cumplimiento de los deberes de vuestra profesión, predicáis y practicáis sin respeto humano las enseñanzas de la Iglesia Católica, y, por esta razón, no solamente sufrís menosprecio y desdén, sino que sois objeto de pública censura, tachados de enemigos de vuestra Patria y difamados por cobardes calumniadores que no vacilan en herir gravemente los corazones católicos precisados más que nunca de todos los auxilios de la divina gracia para perdonar a aquellos que les ofenden tan vilmente!

Si el Catolicismo fuera un enemigo de la Patria, no sería una religión divina. La Patria es un nombre que trae a nuestra memoria los recuerdos más queridos, y bien sea porque llevamos la misma sangre que aquellos nacidos en nuestro propio suelo, o bien debido a la aún más noble semejanza de afectos y tradiciones, nuestra Patria es no sólo digna de amor, sino de predilección.

Y si esto ocurre siempre con carácter general, ¡con cuánto mayor motivo debe ser así cuando nuestro país está ligado por indisolubles lazos a esta Patria, que no está limitada a los contornos de un océano o rodeada de una cadena de montañas, que no habla una, sino todas las lenguas: la Patria que abarca en su latitud el mundo visible y el del más allá del sepulcro: la Iglesia Católica!

A todos aquellos políticos que creen ver en la Iglesia un enemigo y por ello la combaten sin cesar; a los sectarios que con odio inspirado por Satanás la calumnian constantemente, envileciéndola y atacándola; a los falsos campeones de la ciencia, que con sofismas de todo género pretenden censurarla como si constituyera un enemigo de la libertad de la civilización y del progreso intelectual, contestadles que la Iglesia, señora de las almas y directora de los corazones de los hombres, ejerce su supremacía ante el mundo entero porque ella sola, por ser la esposa de Cristo y poseerlo todo en común con su fiel Esposo, es la depositaria de la Verdad; ella sola puede recabar de todas las naciones veneración y amor.

Por esta razón, todo aquel que se rebele contra su autoridad, temeroso de su supremacía en el dominio del Estado, impone barreras a la verdad; el que proclama que su autoridad es extraña al país, desea que la Verdad sea también extraña a esa nación; el que teme que esta autoridad pueda perjudicar a la libertad y a la grandeza de un pueblo, confiesa abiertamente que una nación puede ser grande y libre sin la Verdad.

De aquí que un Estado, un gobierno o una autoridad –cualquiera que fuere su nombre– hace guerra a la Verdad, no puede pretender inspirar amor mientras se oponga de ese modo al sentimiento humano más sagrado. Tal autoridad podrá mantenerse por pura fuerza; podrá ser temida, porque, indudablemente, la espada del castigo conmina a la obediencia; podrá ser aplaudida por hipocresía, interés o servilismo; podrá ser aún acatada, ya que la religión aprueba nuestra sumisión a los humanos poderes siempre y cuando éstos no obliguen a ningún acto contrario a las divinas leyes, en cuyo caso todos estarían obligados a oponer su resistencia, sin por ello constituirse en rebeldes.

No obstante, aunque este deber de sumisión en todo aquello que no se oponga a las obligaciones prescritas por la religión, hará aún más meritoria la obediencia, no será lo suficiente para convertir esta obediencia en afectuosa, alegre y espontánea, de forma tal que merezca el calificativo de amor y de veneración.

Sentimos, pues, veneración por la Patria, que en suave unión con la Iglesia contribuye al verdadero bienestar de la Humanidad. Y ésta es la razón porqué los auténticos caudillos, campeones y salvadores de un país han surgido siempre de entre las filas de los mejores católicos, de que los Santos sean invocados en los himnos de nuestra santa liturgia como Patronos de su país; ellos siguieron el ejemplo del Santo de los santos, que mientras obedeció a aquellos que ejercían autoridad y pagaba tributo al Cesar, al aproximarse a Jerusalén y prever su próxima ruina, derramó lágrimas abundantes; pues siendo una ciudad tan amada y favorecida por el Señor, no se había aprovechado de tantas gracias ni de la visita que Él mismo se dignó hacerle con el solo objeto de derramar sobre ella toda clase de bendiciones.

(Discurso pronunciado por Su Santidad el Papa San Pío X el 20 de Abril de 1909).


Texto obtenido de http://www.catolicidad.com/2014/07/la-iglesia-y-la-patria-por-san-pio-x.html?m=1

sábado, 31 de diciembre de 2022

La "mentira" de los Reyes Magos

Me ha llegado un artículo de un sacerdote en el cual se afirma que es mentir (y por lo tanto, pecado) decirle a los niños que los regalos del día de la Epifanía los traen los Reyes Magos. Pueden leer el artículo AQUÍ (es del año 2015).


Evidentemente el padre no cree en los Reyes Magos. Probablemente me aclararía que sí cree que hayan existido, y que lo que no cree es que sean ellos los que traen los regalos, porque sus papás se los traían, y su hermano lo hacía con sus sobrinos, etc. Pero no es a lo que voy. Lo que digo y sostengo es que no cree que los Reyes Magos sean santos, y que por lo tanto interceden por nosotros, hasta ayudar a conseguir los regalos.


Me veo tentado de suponer que la familia del sacerdote tenía medios económicos suficientes al punto de facilitarse la adquisición de los regalos, y que, tal vez por ello, nunca tomó conciencia de que eran dones de Dios (¿cuántas veces le habrán dado gracias por lo que tienen?); o tal vez, el esfuerzo personal de los padres para adquirir los regalos, los confundió al punto de terminar (sin darse cuenta) dándose gracias a sí mismos y no a Dios). Es cierto que los sacerdotes no tiene hijos y desconocen las dificultades diarias de una familia, y, para el caso que nos ocupa, no tienen idea de lo que cuesta, a veces, conseguir (y dejar durante la noche) los pedidos de los niños. Porque si no es así, no entiendo cómo puede afirmar lo que dice en su artículo.


Para los que somos padres (y más si nuestra economía es ajustada), el día de Reyes siempre resulta una complicación. Pero tales complicaciones, se compensan fácilmente con la Fe. Con mi esposa rezamos a los Reyes Magos para pedirles su auxilio. Y nunca nos han fallado. El que sean “los padres” los que adquieran los regalos y los dejen de noche, no significa que no sean los Reyes quienes hacen el regalos a través nuestro. Estoy seguro de que me acompañan no sólo a adquirirlos, sino a dejarlos de noche en sus zapatos.


¿Qué católico no ha pedido nada a Dios por intercesión de la Virgen y de los Santos? ¿Qué católico no ha dado gracias a la Virgen o al Santo sobre un bien concedido? ¿Tengo que considerar que no son ellos los que nos conceden los dones porque hubo un intersesor terrenal? ¿Acaso, ignoramos que todo viene de Dios a través de María y sus santos y su ángeles?. 


El que afirma que miente a sus hijos sobre los Reyes Magos, es porque nunca les rezó para conseguir los regalos. No es mi caso, ni el de mi familia. Mi esposa y yo (y antes mis padres) sabemos perfectamente que los Santos Reyes Magos nos han ayudado. Y por eso, no mentimos al decirles a nuestros hijos que los regalos se los dejaron ellos, tanto como afirmo que la casa que “yo” logré comprar me la regaló San José (sin por ello dejar de dar gracias a quienes me ayudaron en su momento). 


Es más, para el caso de que se haya acudido mediante la oración a los Reyes Magos, sería mentirles a los chicos decirles que fueron los padres - intermediarios menores- y obviar totalmente a los Reyes -intermediarios mayores de los dones de Dios. Hablo, repito, de aquellos padres que rezason. No es el caso de aquellos padres ateos (porque no creen en Dios), irreligiosos (porque no rezan), protestantes (porque niegan la intercesión de los santos), en los que es cierto que no son los Reyes Magos (aunque sin duda, los regalos sí vienen de Dios).(No sé en cuál de las categorías encuadra el autor del artículo que criticamos. Espero que sólo un error).


Pongo un ejemplo: Cuando San Juan Bosco se propuso construir una Iglesia, su madre (Mamá Margarita) le preguntó de dónde iba a sacar el dinero. Y Don Bosco le dijo que su Madre (la Virgen) lo tenía en grandes cantidades y que se lo iba a dar. Si siguiéramos el criterio del sacerdote articulista, mentiríamos si dijéramos que la Virgen dio el dinero para la Iglesia. “Hay que ser sinceros, y no podemos mentir porque es pecado: en realidad fueron los donantes”. Absurdo para cualquiera que viva consciente de que todo, absolutamente todo, fue dado por Dios.

Y es que, como los Santos Reyes Magos sí existen (supongo que el sacerdote no cuestionará esta afirmación, que son nombrados en la Santa Biblia, y celebrados en el Canon de los Santos, a pesar de la imagen que colocó al comienzo de su artículo:

 


 

Sigo. Cómo los Reyes Magos sí existen, debemos admitir que interceden por nosotros. Y bien pueden dejar sus regalos inesperados si dejamos nuestros zapatos al pie del Pesebre. Somos católicos, no podemos dudar de lo sobrenatural.


Mi padre, con casi 60 años de edad, un 5 de enero a la noche, tuvo la moción de dejar sus zapatos esperando que los Reyes le dejaran algo. No sabía por qué, pero lo hizo. Y efectivamente, al otro día le habían dejado un regalo (con mucho significado para él), que le había mandado un amigo a través de mi madre para que se lo entregara el día de Reyes. Ese hecho tiene mucha más realidad que las supuestas sinceridades de un sacerdote que no ve lo evidente: los Reyes Magos son santos e interceden, sobrenaturalmente, por nosotros.

 

Alfonso Jesús Vivar

 

***


Dejo, dos textos que no son míos, sobre el tema. Un texto de de Giovanni Guareschi (el autor de Don Camilo) que, creo, viene al caso. (Aclaro que lo que nosotros festejamos en Reyes, en Italia -supongo por el texto- lo festejan el día de Santa Lucía. Y una poesía del sacerdote uruguayo, Horacio Bojorge.


"(…)

(…) por ejemplo, ¿qué ha sentido cuando un compañero suyo de escuela más malicioso le ha dicho que los regalos del zapatito no se los traía Santa Lucía, sino su mamá?

- Seré sincero – respondí -. Odié a aquel miserable cretino y hasta le di un puñetazo en las narices. Además, me negué a tomar en serio lo que me había dicho. Y aún hoy, a medio siglo de distancia, vuelvo a pensar con inmenso consuelo en las noches de Santa Lucía y en la trepidante espera que me impedía dormirme en seguida, como me sucedía las otras noches. Aún me bate espantosamente el corazón si pienso en mi despertar por la mañana temprano, cuando saltaba de la cama en la gélida habitación para correr a abrir la ventana. Y aún experimento la misma inefable alegría que sentía al retirar del alfeizar mi botita llena de cosas. ¡Qué maravillosa tibieza sentía cuando volvía arrebujarme bajo las cubiertas y vaciaba mi zapatito! Cuando pienso en ello, vuelvo a sentir aún aquella tibieza y vuelvo a aquellos regalillos de poco dinero. Gio’, nuestra reserva espiritual está compuesta de sensaciones confortadoras, ligadas a determinadas de nuestras acciones. Cuando la vida nos parece más dura, amarga, fría, ¡qué consuelo volver a encontrar aquel mórbido y dulce calor que calienta de nuevo nuestro viejo corazón y le devuelve la fuerza y esperanza! Han pasado cincuenta años desde entonces, y en este medio siglo he aprendido una enorme cantidad de cosas feas, pero yo creo aún en Santa lucía y en su asnillo. Una vez, cuando ya había pasado de los treinta y cinco y la noche de santa Lucía tenía que llenar los zapatitos de Albertino y de la Pasionaria, pregunté muy estúpidamente a mi madre cómo conseguía ella entrar en mi habitación, abrir la ventana, llenar mi zapatito de regalos, volver a cerrar la ventana y marcharse sin que yo me diera nunca cuenta. Ella me miró, sorprendida y ofendida, y me respondió secamente:

- ¿Y yo qué tengo que ver? No era yo. Y yo la creí.

La colaboradora familiar rió, divertida.

- Entonces, ¿por qué no prueba usted la noche de Santa Lucía a poner su zapatote en el alfeizar de la ventana?

- Porque tengo miedo.

- Miedo ¿de qué?

- De encontrarlo por la mañana lleno de regalitos.

- ¡Figúrese! –dijo la muchacha, riendo a carcajadas-. ¿Y quién podría llevárselos allí, a su palomar?

- Tu no conoces el carácter de mi madre – expliqué.

- ¡Pero si está muerta desde hace tantos años!

- Precisamente por eso. No existen límites para los muertos. Los muertos llegan a donde quieren.

- ¡No me haga reír! Usted sabe muy bien que encontraría el zapato vacío.

- Peor aún que encontrarlo lleno, porque significaría que no me he comportado bien en estos cincuenta años. (…)."

(“En familia”, Giovanni Guareschi).


***

Epifanía

Día de Reyes magos, seis de enero.
De niño es preguntar: ¿Qué me trajeron?
De adulto comprobar: ¿Qué me dejaron?
Y es de viejos, incrédulos y avaros:
sospechar que los Reyes les robaron.

Yo considero estos zapatos míos
y los encuentro llenos de...vacío.
Mas ya sólo tenerlos es regalo,
en los tiempos que corren, nada malo.
Así que: ¡gracias por estos zapatos!

Y mientras me los pongo y me los ato,
descubro otro regalo y me enmimismo:
¿no es don poder calzarse por sí mismo?

Y al ir desenvolviendo reflexiones
crece mi gratitud por tantos dones.
Caigo en la cuenta, con sorpresa mía,
de que es un día de Reyes cada día. 
Porque al calzarse cada día los pies,
recibe el hombre, en don, cuanto hace y es.

Y lo que da la vida, aunque parezca malo,
es, bien mirado, todo de regalo.

Encuentro al despertarme... de mi engaño,
que es corona de gracias todo el año.
Y que la Epifanía manifiesta
que toda nuestra vida es día de fiesta.

Que nadie el Don de Dios, por tanto, mida
por los puntos que calza en esta vida.
Cuando regala, Dios tiene por norma
rebosar de abundancia toda horma:
deja lo mismo en la alpargata rota
que en los charoles y en las finas botas.
¿No vale más la vida que el vestido?
Descalzos nacen reyes y mendigos.

Fueron los Reyes Magos los primeros
en saberse, sin Cristo, pordioseros;
y en deponer ante los pies del Niño
su ofrenda de fatiga y de cariño.

Los primeros también que comprendieron
que Tú dejabas a estos hijos ruines
colmados de Jesús los escarpines. 

                              P. Horacio Bojorge


martes, 10 de mayo de 2022

Los buscadores del Corazón de Jesús - Beato Manuel González




¡Encuentro en el Evangelio tantos modos de buscar al Corazón de Jesús y tan distintos fines en los que lo buscan!

La primera clasificación que salta a la vista es la de los "buenos y malos buscadores de Jesús".

Son buenos buscadores, los que buscan a Jesús para darle algo que le guste a Él u obtener de Él algo de provecho propio; esto es, lo buscan bien los que lo buscan para bien.

Son malos buscadores los que buscan a Jesús para hacerle daño y, si posible fuera, para perderlo; esto es, los que le buscan para mal.

De estos, ¡cuántos descubre el Evangelio! ¡Con cuánta tristeza intercala en la vida de Jesús, desde su infancia, frases como estas: buscaban (los emisarios de Herodes) la vida del Niño, buscándolo (los fariseos o sus secuaces) para atraparlo en su palabra, para prenderlo..., para perderlo..., para matarlo... (1). ¿Qué misterio de iniquidad y de incomprensión! ¡Cuánto buscar a Jesús, al siempre buenísimo Jesús para quitarlo de en medio!

¡Con cuánta pena ha tenido que decir a sus malos buscadores: me buscaréis y no me hallaréis! (2)

¡Cuánto harían sufrir, y estarán haciendo sufrir al Corazón de Jesús esos malos buscadores aferrados con obstinado y diabólico empeño en buscar sus manos para traspasarlas con clavos, su boca para amargarla con hieles, su cabeza para coronarla burlescamente con espinas, su palabra para atraparlo en embustes, su cara para abofetearla, su Corazón para atravesarlo, su nombre para raerlo de sobre la haz de la tierra! ¡Él, todo amor, odiado a muerte, a exterminio! ¡Y no una vez en su vida mortal, sino muchas, constantemente en su vida mortal y en la eucarística! ¡Qué misterio de dolor para Él y de dureza de corazón y ceguera de cabeza de los hombres!

Pero aun entre los mismos buenos buscadores, ¡qué pocos del todo buenos y rectos buscadores!, es decir ¡qué pocos buscadores de "sólo su Corazón"!

Me explicaré:

Veo en el Evangelio a unos buscar la "mano" de Jesús, como los que le pedían que la posara sobre sus cabezas o sus ojos o sus dolencias para que los curara; veo a tros buscar el "prestigio" de Jesús como sus paisanos de Nazaret pidiéndole prodigios para no ser menos que los de Cafarnaum; veo a éstos buscar el "poder" de Jesús para recrearse en el espectáculo de grandes milagros, como los curiosos que se le acercaban diciéndole: queremos verte hacer un milagro; veo a aquellos buscar los "dineros" de Jesús para robárselos como Judas, pero ¡a qué pocos veo buscando su Corazón!, ¡sólo su Corazón!

 

LOS BUENOS BUSCADORES

Los que buscan sólo su Corazón

¡Qué poquitos son! Los que buscan a Jesús más que por lo que da o promete, por lo bueno que es, por lo que se merece ser buscado, es decir, por lo que es Él, ¡por su Corazón!, ¡en qué escaso número se encuentran en el Evangelio! ¡Somos los hombres tan indigentes en nuestro ser y tan interesados en nuestro querer!

Pero aunque en corto número, en el Evangelio se encuentran, para gloria de Dios y honor del género humano, buscadores constantes, invariables, enloquecidos, si vale decirlo así, de su Corazón.

 

Los tres buscadores del Corazón de Jesús

Y con más propiedad diría tres tipos de buscadores con sus características muy marcadas que son: el grupo de las Marías, Juan Evangelista y la Madre de Jesús.

A este grupo no se le conoce en el Evangelio más que una ocupación para su vida y una sola dirección para sus pasos, sus miradas y sus anhelos; a saber: buscar el Corazón de Jesús, pero cada uno a su modo.

Dejo para más adelante presentaros el modod que cada uno tiene de buscar al Corazón de Jesús; conténtome ahora con presentaros un solo cuadro en el que todos y solamente ellos, aparecen absorbidos por esa preciosa ocupación. 

 

Las horas del Sacrificio

"Muchos son, dice el autor de la Imitación, los que siguen a Jesús hasta partir el pan, hasta la mesa; pocos los que llegan con Él hasta beber el cáliz de la Pasión".

Es decir, muchos son los seguidores y enamorados de las dádivas y regalos de Jesús; pero pocos los de verdad enamorados de su Corazón, y menos aún en la hora de su sacrificio.

Poned un momento vuestros ojos en la cima del calvario en la hora de la crucifixión de Jesús. ¿Qué da allí Jesús?

Allí no hay multiplicación de panes ni peces, no hay curaciones milagrosas de ciegos y tullidos, no hay caricias para niños ni consuelos para los que lloran..., allí no hay más que una vida que se extingue, unos ojos vidriosos que se cierran, unas heridas que manan sangre, una boca cárdena que se reseca, unos miembros que se contraen, un amor infinito que se deshace en un infinito dolor y, cuando la vida se extingue del todo, queda de cuerpo presente un pecho abierto y un Corazón traspasado por la lanza de un soldado.

¿Quién está con Jesús en esa hora?

Responde el Evangelio: Estaban junto a la Cruz María la Madre de Jesús, Juan el discipulo a quien Jesús amaba y las Marías. (3)

¡Estas son las almas que buscan a Jesús crucificado! , dirá poco después un ángel a una de ellas, que buscáis a Jesús cricificado. (4)

Esas son las buenas, las óptimas buscadoras de Jesús; las que sólo buscan su Corazón, para, con Él y como Él, amar padeciendo o gozando, trabajando o descansando, muriendo o resucitando...

 

                                                                            Beato Manuel González 

 

"Así ama Él", Editorial El Granito de Arena, 2018, páginas 26-30.

(1) Mt 2, 20.

(2) Jn 7, 34-36.

(3) Jn 19, 25.

(4) Mc 16,6.

jueves, 24 de marzo de 2022

Padre Nitoglia: LA CUESTIÓN UCRANIANA

 Nota: obtuvimos el texto de la página Non Possumus (Aquí). Pero lo publicamos aquí, porque estaba mezclado con otra noticia, y distraía la atención sobre lo que se hablaba. 

Padre Nitoglia: LA CUESTIÓN UCRANIANA - 1
 
    Publicado el 5 de marzo de 2022
 
(Extracto)
 
Prólogo
 
Muchos expertos en geopolítica han escrito o realizado varios vídeos/conferencias interesantes, en los que han explicado -mucho mejor que yo- las razones por las que no toda la culpa de la actual guerra ruso/ucraniana recaería sobre Putin.
 
En este artículo trato de resumir brevemente las razones que llevaron a Rusia a impedir que la OTAN (impulsada por EE.UU.) entrara en Ucrania y luego atacara a la propia Rusia.
 
En primer lugar, daré los principios de la recta filosofía y la sana teología sobre la cuestión de la guerra justa, para permitir que el lector se forme una opinión sobre si esta guerra es justa o no.
 
*
 
I Parte
 
La teoría
 
 *
 
 ¿Es la GUERRA de Putin una guerra JUSTA?
 
1°) la primera condición para que una guerra se llame justa es que sea de un Estado contra otro Estado; 2°) también es necesario que se hayan agotado todas las vías para llegar a una solución pacífica del conflicto y 3°) que exista una causa justa, es decir una culpa proporcionalmente grave y responsable a corregir; 4º) finalmente, que haya una obstinada voluntad de no querer reparar el mal hecho por parte del Estado agresor, lo que hace indispensable una reacción tan grave como la guerra por parte del Estado agredido.
 
    Agustín de Hipona sentó las primeras bases para la solución del problema de la guerra justa. El santo enseñó que el final de cualquier guerra es la paz. Además, esbozó la teoría de las tres condiciones para que se produzca una guerra justa: 1ª) debe ser declarada por la autoridad competente. 2ª) Quien es atacado debe haber incurrido en una culpa a ser castigada. 3ª) La guerra debe hacerse no por odio, sino para evitar un mal mayor y obtener un bien.
 
    S. Tomás perfeccionó estas bases agustinianas en la Suma teológica (II-II, q. 29). El Angélico explica: “Se requiere justa causa, de modo que quienes son agredidos lo merezcan por cierta falta grave. […]. Si una nación ha sido negligente en castigar el mal hecho por uno de sus miembros, o en devolver lo injustamente robado por uno de sus ciudadanos, es una falta contra la justicia que puede ser castigada por la nación ofendida”.
 
Por tanto, una guerra de expansión o de conquista es una agresión injusta, mientras que una guerra de autodefensa es justa. En resumen, lo que hace justa la guerra es la legítima defensa (como en el individuo): vim vi repellere lice. [Es lícito repeler la violencia con la violencia. Nota de NP]
 
Puede darse el caso de una guerra aparentemente ofensiva, pero realmente defensiva, como cuando, por ejemplo, una guerra "ofensiva" está motivada por una falta contra la ley cometida por el Estado atacante.
 
“En efecto, un Estado que permitiera que se cometieran impunemente todas las injusticias posibles, iría inevitablemente hacia la decadencia y la desintegración, y esto sería un mal mayor que todos los males que le acarrearía una guerra”.
 
Sin embargo, si el Estado agresor quisiera rebasar, en la represión, los límites de la culpa cometida e infligir un castigo desproporcionado , la guerra que inicialmente era justa se convertiría en injusta.
 
Por tanto, “en la lucha hay reglas de justicia y de moralidad natural que no se pueden soslayar. Por lo tanto, no podrás golpear a un enemigo desarmado que se rinda; más aún si está herido”. Así que no todo es necesariamente justo en una guerra justa.
 
 
La " justa vindicatio "
 
El P. Antonio Royo Marín escribió: “La vindicación tiene por objeto castigar al malhechor por el pecado que ha cometido. A esta virtud se oponen dos vicios: uno por exceso, la crueldad , y otro por defecto, la excesiva indulgencia , que puede motivar al culpable a continuar con sus malas acciones”.
 
Cita la Suma Teológica de Santo Tomás, que explica que el instinto de vengar un mal, como movimiento de repulsión hacia él, es bueno; por tanto, es justa la vindicta que quiere reparar el orden violado por el ofensor haciendo el mal, y enmendar al culpable. Debe precisarse que el elemento primario del castigo es vindicativo (restaurar el orden y castigar el mal); mientras que la secundaria es medicinal (ayudar al culpable a redimirse). En cambio, hoy el castigo es visto sólo como una medicina y se ignora su lado aflictivo, correctivo, restaurador o "vindicativo".
 
Así la venganza es el acto de redención o liberación; y el vindicador o vengador es el que redime o libera al oprimido y castiga al injusto agresor , para poder luego también enmendarlo.
 
Conclusiones sobre la guerra.
 
Hablando de guerra, hay que evitar dos extremos: el error por exceso y el error por defecto.
 
a) Error por exceso
 
El darwinismo político aplica el principio de supervivencia del más fuerte a los pueblos. Los pueblos nacieron para luchar entre sí y hacer prevalecer al más fuerte sobre el más débil.
Además, la filosofía política, con Maquiavelo y Nietzsche y los adoradores de la razón de Estado, los partidarios de la teoría del superhombre y del super/Estado o super/raza ensalzan la fuerza como único fundamento de las relaciones entre Estados.
 
b) Error por defecto
 
La guerra siempre es ilícita. El humanitarismo, el filantropismo, la globalización, el mundialismo, no quieren que existan divisiones nacionales para dar a los pueblos la "paz" perpetua soñada también por Kant. Los pacifistas siguen a estos "idealistas" y filántropos, y a los "Cristianos por la paz", quienes, apoyándose erróneamente en algunos pasajes del Evangelio mal interpretados, concluyen que la guerra es siempre inmoral.
 
c) Coctrina Católica
 
En medio y cumbre entre estos dos errores la doctrina católica se eleva entre dos barrancos.
 
Siempre ha considerado la guerra como un flagelo y por ello ha tratado de hacerla lo menos inhumana posible. En la base de la concepción católica de la guerra está el Dogma del Pecado Original que empuja al hombre a la violencia, a los instintos brutales, al orgullo y a la voluntad de poder.
 
La paz es, por tanto, un bien que hay que mantener si es posible. Pero no es un bien que deba ser conservado a toda costa con el sacrificio del derecho y la justicia que más bien hay que defender. El uso de la fuerza y ​​la guerra tienen por objeto la paz, el orden de la sociedad civil, y pueden ser utilizados contra los perturbadores. La doctrina católica es pacífica pero no pacifista, es humana pero no humanitaria.
 
Esta aprobación de principios del uso de la fuerza no es contraria a las enseñanzas del Evangelio. En efecto, "el Evangelio es un código de vida dictado para la santificación de la persona, a quien se dirige el consejo de la no resistencia al mal [...] Los mismos preceptos y consejos no pueden trasladarse a la vida colectiva, sin la consiguiente impunidad de los malvados y desintegración social".
 
Una objeción : guerra total o nuclear
 
La guerra moderna, total o mundial, que implicaría a toda la nación en hostilidades, incluidos los inocentes, las mujeres, los ancianos y los niños, ¿hace nula la distinción entre guerra justa o defensiva e injusta u ofensiva?
 
Acreditados teólogos católicos replican que la guerra defensiva es siempre un acto lícito y justo, ya que la ley permite al Estado injustamente atacado ejercer la facultad natural de legítima defensa, rechazando la fuerza por la fuerza ( vim vi repellere licet ).
 
Escribe el padre Angelo Brucculeri: «No todos consentirán ciertamente en esa otra actitud de pensamiento, que afirma que en el presente la guerra es siempre ilícita. El 19 de octubre de 1931, algunos teólogos llegaron a la siguiente conclusión: “La guerra moderna no podía ser un procedimiento legítimo. Ya que ella, por su técnica, genera tantas ruinas materiales, espirituales, individuales, familiares, sociales, religiosas, y se convierte en una calamidad mundial tal, que deja de ser un medio proporcionado al fin, esto es: el establecimiento de una sociedad más orden humano y paz”. Según estos teólogos, la guerra moderna parece siempre ilícita. ¿Qué hay que responder? [...] Si con estas proposiciones se quiere decir que el estallido de una guerra nunca puede ser lícito en nuestros días, no podemos aceptar una tesis así de absoluta. En la civilización actual todavía es concebible que un Estado esté obligado a una guerra justa, incluso si es una guerra de exterminio. Por lo tanto, no se puede argumentar absolutamente que la guerra en nuestros días es siempre ilícita . Podemos -aún hoy- suponer que un Estado, por ejemplo el soviet, hace la guerra con la intención expresa de destruir los principios jurídicos y morales de nuestra cultura cristiana; uno tiene entonces el deber de afrontar todos los males de la guerra, que son siempre inferiores a la ruina de la civilización cristiana. […] Ha surgido un nuevo problema sobre el uso de armas atómicas. Algunos moralistas piensan que no se puede condenar absolutamente el uso de la bomba atómica, ya que es un medio seguro y rápido de destruir las fuerzas militares y económicas del enemigo y de persuadirlo de que ponga fin al enfrentamiento armado. La muerte de tantas personas inocentes estaría justificada por las mismas razones con las que se justificaría si se produce por otras armas. Otros toman un camino intermedio, haciendo una discriminación basada en las circunstancias y objetivos del ataque con bomba atómica: una cosa sería, por ejemplo, usar esas armas contra equipos enemigos en mar abierto, otra cosa sería usarlas contra grandes centros industriales o habitados”.
 
Fin de la guerra: paz
 
    S. Tomás afirma que "incluso aquellos que hacen la guerra deben hacerla sólo en vistas de la paz".
 
Por eso es de suma importancia, cuando se declara la guerra, que termine como le conviene, es decir con una paz honorable , que armonice las voluntades de los estados ya opuestos entre sí. De lo contrario, la guerra no terminaría realmente y sólo nos prepararíamos para comenzar de nuevo (como sucedió con la Segunda Guerra Mundial después del inequitativo pacto de "paz" de Versalles que "terminó" con la primera).
 
También es peligroso e inconveniente exigir la rendición incondicional, en lugar de tratar de pedir una rendición honorable , ya que frente a la rendición incondicional, a menudo uno se ve obligado a resistir incondicionalmente.
 
*
 
Parte II
 
La actualidad
 
*
 
 Las guerras de la OTAN desde 1991 hasta hoy
 
La OTAN bombardeó la antigua Yugoslavia en 1991, causando cientos de miles de muertos. En 1999, también la OTAN, participó en la guerra de Kosovo. En 2011, la OTAN volvió a liderar una intervención militar internacional en Libia, creando una desestabilización que aún perdura. En el mismo 2011, la OTAN volvió a apoyar a Isis para devastar Siria, provocando más de medio millón de muertos. En 2014, la OTAN volvió a liderar un golpe de estado en Ucrania, que inició una guerra civil progresiva que nunca se ha detenido y que condujo a la guerra actual (2022). En 2015, la OTAN volvió a apoyar la guerra contra Yemen protagonizada y liderada por Arabia Saudí, con cientos de miles de víctimas.
 
Partiendo de Palestina (1948) llegando a Rusia (2022)
 
Estudiar la cuestión de Oriente Próximo y Medio -empezando por Palestina (1948), Irak (1990/2003), la "Revolución Naranja" en Chechenia (1990), las "Primaveras Árabes" en Egipto, Libia y Túnez (2011) y especialmente en Siria (marzo de 2011)- se puede ver que el "Nuevo Orden Mundial", a estas alturas (Ucrania 2022), está lanzando el último asalto a esa porción del mundo que aún no ha sido absorbida por la órbita atlántico-norteamericanista, que no ha conocido la revolución ilustrada (siglo XVIII) y nihilista (siglo XX) en su más alto grado, como en Occidente y en la Vieja Europa norteamericanizada en 1968.
 
Agresión ideológica contra Rusia en 2014
 
En enero de 2014 hubo un ataque "ideológico" de Occidente, durante los Juegos Olímpicos de Rusia, contra Putin porque era contrario al principio de las uniones homosexuales públicas legalizadas y a la pedofilia, principio que prevé un curso de "sexualidad occidental". educación" para niños de 4 años, que deben asistir a los jardines de infancia estatales y en la que también se inician en la práctica de la la masturbación en solitario y en compañía incluso con niños del mismo sexo de apenas cuatro años: un curso de "depravación" que desde 2010 partiendo de Munich (en Alemania) está llegando a 53 países europeos. Putin no se dio por vencido. Luego, en febrero de 2022 pasamos a la segunda fase: el ataque físico y militar desde el interior, forjado por EE.UU., provocando a Rusia, para que su eventual reacción sea vista como una agresión que permita justificar una guerra contra ella. 
 
2008 y 2014 la revolución "ucraniana"
 
Antes de la “Revolución Ucraniana” (2008) todos los antiglobalistas tenían claro el plan neoconservador de EEUU de atacar a Siria como trampolín para invadir Líbano e Irán y así cercar a Rusia y contener a China . Por lo tanto, me parece que la reacción de Rusia en febrero de 2022 es una guerra defensiva y no ofensiva.
 
De hecho, la Rusia de Putin por razones de supervivencia geopolítica no podía permitir que EEUU extendiera su poder hasta sus fronteras (Irán, Afganistán, Pakistán y más aún en Ucrania tras haber "ocupado" los países del antiguo Pacto de Varsovia), además, por razones económicas, a China no le gustó esta expansión atlántica en el Medio Oriente asiático y, por lo tanto, los dos gigantes ruso y chino se alinearon junto a Siria e Irán y hasta ahora han impedido su invasión.
 
Ahora bien, ya en febrero de 2014 había sucedido algo nuevo en Ucrania: una nueva Revolución “espontánea” en las fronteras con Rusia. En ese momento, Ucrania ya estaba pidiendo entrar en Europa, unirse a la OTAN y separarse de Rusia.
 
Esta fue otra revolución globalista financiada y apoyada explícitamente por los EE. UU. y la UE. Revolución bien pensada, bien preparada en la que repasamos un guion ya conocido, como el que se llevó a cabo en Egipto, Túnez, Libia y Siria: francotiradores armados en los techos disparando contra la multitud, los medios de comunicación occidentales los acusan de ser soldados rusos mientras se establece que son guerrilleros chechenos qaidistas-jiadistas y mercenarios a sueldo del "Tío Sam", que regresan al asalto en Ucrania y Crimea tras la derrota de 1990 en Chechenia.
 
Matteo D'Amico escribe acertadamente: "El movimiento de Putin [febrero de 2022] no es ofensivo, es defensivo: la búsqueda de esa profundidad estratégica que frena la tentación estadounidense de lanzar un primer ataque nuclear contra las estructuras militares rusas" (La batalla de el oso en @matteodamico).
 
De hecho, si la OTAN, después de haber tomado posesión de todos los países del antiguo Pacto de Varsovia, hubiera entrado también en Ucrania, habría podido llegar hasta el corazón de Rusia.
 
No quiero decir que Putin sea la Inmaculada Concepción, ni que los rusos son todos totalmente buenos y los "occidentales-atlánticos" ["atlántico" es un termino usado para referirse a los miembros y aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Nota de NP]  son todos y totalmente malos, pero es innegable que Putin defendió a su patria de una agresión injusta que ya había comenzado con la caída del Muro de Berlín y que luego, desde Alemania Oriental, avanzó por la Europa del Pacto de Varsovia hasta llegar a Ucrania para luego llegar hasta Moscú.
 
Finalmente llegamos al titánico y global choque entre el gigante atlántico USA-Australia-UK más la UE (esta última utilizada como base aérea pronorteamericana para los suministros necesarios, dada la distancia entre Occidente y Oriente) con el Euroasiático (Rusia y China).
 
En resumen, estamos presenciando el último acto del drama del "Terror Infinito" (iniciado en Irak en 1991) de la globalización mundialista, del que debe surgir el "Nuevo Orden Mundial" sionista-estadounidense o producirse la desaparición de la primacía hegemónica que ha desempeñado -sobre todo desde la Primera Guerra Mundial hasta ahora- en la escena de este mundo.
 
¿Cómo terminará? Sólo podemos prever un muy probable conflicto universal y nuclear que comenzó (quizá) en febrero de 2022.
 
Padre Curzio Nitoglia